Con un parque de 8.823 viviendas el Gótico soporta 3.436 habitaciones de hotel.
El tópico según el cual es posible un equilibrio entre la industria
turística y la vida vecinal en Ciutat Vella, siempre se ha sustentado en
abstracciones. Generalmente, las cifras de negocio se justifican a sí
mismas sin contraste con otros indicadores, como la grave repercusión
sobre la cotidianidad y el espacio público del gran mamut de guayaberas,
o la proporción soportable entre viviendas y alojamientos turísticos.
La polución turística que soportamos difícilmente encuentra un reflejo
en números; no porque sea difícil elaborar indicadores adecuados, sino
por una clara voluntad de ocultar una parte relevante de la realidad.
Por ello, los datos que ofrecemos aquí son de elaboración
prácticamente artesanal. Cuando iniciamos el trabajo quisimos averiguar
qué hoteles han abierto desde que el Plan de Usos vigente congelara la
concesión de licencias. Nos dirigimos al Distrito de Ciutat Vella, que
nos derivó a Promoció Econòmica y éste, a su vez, al Gremio de Hoteleros
que ‒aunque parezca increíble‒ «actualmente no dispone de ese dato».
Pese a las dosis de silencio administrativo, hemos elaborado un censo
hotel por hotel del Barrio Gótico, pudiendo asegurar que son todos los
que están, aunque posiblemente falten algunos de los que son.
La relación vivienda habitual/habitaciones de hotel indica una
situación cercana al colapso. Las viviendas existentes en el Gótico
según el censo de 2001 son 8.823, mientras que las habitaciones de hotel
ascienden hoy a 3.436. Sin contar los hoteles que todavía están por
abrir entre 2012 y 2013, los apartamentos turísticos con o sin licencia,
los youth hostel y otros híbridos, los alojamientos hoteleros
equivalen al 38% del total del parque de viviendas del Gótico. La
inmensa mayoría de estas habitaciones corresponden a establecimientos
que abrieron sus puertas en el período 2000-2008, en el que este barrio
pasó de 14 hoteles y hostales a superar la cincuentena, produciéndose de
forma paralela un incremento salvaje de los precios de alquiler: un
240% en el caso de los locales comerciales y un 177% en la vivienda[1].
Base y catalizador del turismo, el mercado hotelero no repercute sólo
en la revalorización inmobiliaria y comercial. Ocupando apenas el 4% de
los edificios del barrio (alrededor de 60 sobre 1.564), la capacidad de
concentrar más piezas en un mismo espacio, y el uso intensivo por
oleadas diarias de turistas, multiplica de manera exponencial su impacto
social, ecológico y humano. Nos ha sido imposible recabar la
información por plazas de hotel[2], pero sólo si la media de ocupación hotelera por habitación se limitara a la media de Barcelona, un 73%[3],
estaríamos ante 915.522 pernoctaciones cada año, que pueden ser desde
individuales hasta familiares. No obstante, sabemos que el nivel de
ocupación en Ciutat Vella es superior al del resto de Barcelona, y que,
por tanto, las consecuencias sobre el terreno son aún más graves de las
que puedan desprenderse de esta cifra.
Si lo pensamos en términos de saturación del espacio público, ruido,
suciedad… estaríamos hablando de alrededor de un millón y medio de
personas cada año ocupando el espacio vital que se supone corresponde a
un censo de 17.257 residentes. Es la ciudad simulada, el parque
temático, los SIMS que devoran habitantes materiales del barrio. Un
minuto pensando detenidamente en esta cifra, puede acercarnos a entender
la asfixia y el secuestro convivencial al que está sometido el día a
día de los habitantes del Gótico.
[1]
Los locales comerciales pasaron de una media de 5.46 euros/m2 en el
2000 a 18.59/m2 en el 2008. En el caso de la vivienda, en el mismo
período se pasó de 6 euros/m2 a 16.63 euros/m2.
[2] Pocos dan una información exhaustiva, por lo que hemos debido limitar nuestro trabajo al número de habitaciones.
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